Desde Sendai atravieso en tren las grandes llanuras del centro de Tohoku dirección Akita, la ciudad situada en la costa noroeste de la región. Antes, hago escala en Kakunodate, pequeña ciudad famosa por sus calles flanqueadas por antiguas viviendas de samurai. Llueve torrencialmente y, al no llevar paraguas sino un insuficiente impermeable, quedo totalmente empapado, y no puedo dedicar el tiempo que me gustaría a la ciudad. Aún así, es una experiencia divertida. Luego me traslado hasta Akita, la capital de la prefectura, ciudad sin muchos componentes turísticos, pero que, casual y felizmente para mi, está celebrando su festival de la cerveza artesanal. Paso el día, pues, en esta alegre feria celebrada en una plaza cerca de la estación de tren.
Al día siguiente pongo rumbo a Aomori, no sin antes detenerme por unas horas en Hirosaki, cuyo principal atractivo es su castillo y el parque que lo rodea. Por la noche llego a Aomori, ciudad más al norte de la isla de Honshu (la isla principal de Japón) y puerta a la isla de Hokkaido. Es una ciudad portuaria donde el festival Nebuta Matsuri y la producción de manzanas y derivados (zumos, bebidas alcoholicas, pasteles…) son dos de sus principales señas de identidad. La zona del paseo marítimo bajo el puente resulta muy agradable para pasear. Desde allí tomaré el ferry hacia Hokkaido en la madrugada.

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